LA CEFALEA

LA CEFALEA

 

La cefalea puede deberse a numerosas causas, asimismo hay diferentes tipos de cefalea: migraña, cefalea tensional, cefalea en racimos y neuralgias craneales.

Hay dos tipos de migraña:

*      La forma clásica: suele comenzar en la niñez o en la adolescencia, los síntomas clásicos son la cefalea pulsátil, en un solo lado de la cabeza, náuseas, vómitos y destellos visuales (escotomas). Puede desencadenarse por cienos alimentos (vino, queso, chocolate..), fármacos (anticonceptivos...), estrés, ejercicio, etc. la duración de esta forma es. generalmente, de dos a seis horas.

*      la forma común es más frecuente en mujeres, cursa con náuseas, rara vez con vómitos o con alteraciones visuales. Puede persistir durante horas o, incluso días.

La cefalea tensional suele aparecer a nivel occipital o cervical y generalmente es debida a un proceso osteomuscular, como pueda ser una contractura muscular o cambios degenerativos en las articulaciones del cuello (cervicoartrosis).

La cefalea en racimos suele afectar a la región próxima al globo ocular, acompañándose de lagrimeo y, en ocasiones, de enrojecimiento ocular.

Las neuralgias canéales, como por ejemplo la del trigémino, son debidas a la irritación de un nervio. Producen un dolor lacerante, como si se tratara de una descarga eléctrica.

Tratamiento

Las vertientes terapéuticas se realizan a tres niveles:

*      Supresión de los desencadenantes (en caso de que se conozcan).

*      Tratamiento farmacológico durante el episodio: se realiza con analgésicos o con otros fármacos específicos, según criterio médico.

*      Prevención de nuevos episodios.

RECOMENDACIONES

*      Evite los alimentos que le han causado con anterioridad migrañas.

*      Trate de evitar los ambientes ruidosos o con olores muy intensos.

*      Durante los episodios de migraña busque ambientes tranquilos y completamente a oscuras.

*      No altere los hábitos de sueña ni en defecto ni en exceso.

*      Procure evitar el estrés físico y psíquico.

*      Utilice la medicación que le ha pautado su médico. tanto en la dosis como en la frecuencia.

*      Evite la automedicación, un fármaco que fue bien a un conocido puede ser perjudicial para usted.