ASMA El aparato respiratorio contiene una serie de
conductos cuya función principal es llevar el aire
a los pulmones; uno de ellos es la traquea, la cual se divide en dos
bronquios, que a su vez se subdividen en
numerosos bronquiolos y que terminan en los alvéolos pulmonares, a modo de pequeños sacos. En los asmáticos se producen dos mecanismos:
Mayor producción de la secreción bronquial
Elevada contracción de los músculos de tos bronquios Todo ello hace que el diámetro libre de los bronquios disminuya y llegue menor cantidad
de aire a los pulmones
(bronco-espasmo). El asma puede estar producido por varias
causas:
Alergias
Infecciones
Ejercicio
Clima
Estres Los síntomas principales del asma son sensación de ahogo, tos y
"pitos" (sibilancias). Tratamiento profiláctico Evite el contacto con alérgenos (polvo,
polen, ácaros...), así como aquellas situaciones en las que se desencadena el asma (exposición al frío o ejercicio intenso). Tratamiento farmacológico El tratamiento se basa en la administración de broncodilatadores (fundamentalmente inhaladores), que incrementan el calibre de tos bronquios,
favoreciendo el paso del aire. RECOMENDACIONES Es
conveniente evitar el contacto con los alérgenos que desencadenan una crisis asmática, como pueda ser los ácaros, el
pelo de animales domésticos,
el polen. No realice ejercicios físicos extenuantes. Evite la exposición al frío. Una correcta vacunación puede prevenir las infecciones respiratorias,
disminuyendo las crisis asmáticas
debidas a esta causa. Siga fielmente las indicaciones y el
tratamiento pautado por el especialista. Lleve siempre consigo un inhalador de acción rápida. Evite
el contado con el humo del tabaco, su inhalación favorece la aparición de las crisis asmáticas. Ante cualquier cambio en el número o intensidad de las crisis asmáticas consulte a su médico o farmacéutico. En caso de dificultad respiratoria importante acuda a urgencias |